Aunque mi amor no tenga el premio de tus besos,
yo lo mismo he de quererte, sin palabras y en secreto,
como aman los que sufren,
los que quieren en silencio.
Benditas sean las horas que me traen tu recuerdo,
cuando a solas en mi cuarto sin mirarte yo te veo,
y en ese viaje incansable que se llama pensamiento,
que me sigue a todas partes y me grita que te quiero,
por que tu, tu me has enseñado a quererte,
con los ojos con el alma,
sin palabras y en secreto.
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