sábado, 15 de agosto de 2009

LA FALTA DE SUEÑO Y SU INCIDENCIA EN NUESTRA SALUD

Se duerme menos por el exceso de trabajo, de ruido y de horas de TV

La falta de sueño le cuesta a la sociedad muchas horas de trabajo y accidentes, pero además podría aumentar la incidencia de algunas enfermedades.
Las largas jornadas laborales y ver la televisión hasta tarde hacen que las personas duerman menos, a lo que se suma el trastorno que provoca dormir en ciudades cada vez más ruidosas.
Muchos especialistas afirman que se necesitan de siete a nueve horas de sueño, según las características de cada persona, para poder descansar. Menos de ese tiempo causa problemas físicos y mentales.
Según diversos estudios, un 20% de los accidentes graves en las rutas están relacionados con el hecho de que los conductores no durmieron lo suficiente. Además, la falta de sueño está ligada a un aumento en la incidencia de diabetes y problemas de corazón. Además, daña un cierto rango de funciones cerebrales que incluyen la regulación inmunitaria, el control metabólico y procesos neurocognoscitivos como el aprendizaje y la memoria.
Explicación neurológica
Un estudio publicado recientemente en Current Biology demuestra que existe una base neurológica para explicar por qué no dormir bien tiene efectos negativos. La nueva investigación fue desarrollada por la Universidad de California en Berkeley y por la Academia de Medicina de Harvard y es la primera investigación neurológica sobre qué sucede en las regiones cerebrales vinculadas a las emociones cuando no se duerme lo suficiente.
Los resultados hacen pensar que mientras una buena noche de descanso puede regular el ánimo y ayudar a afrontar los desafíos emocionales del día siguiente, la privación del sueño hace todo lo contrario: incrementa excesivamente la actividad en la parte del cerebro más estrechamente conectada a la depresión, la ansiedad y otros trastornos psiquiátricos.
“Casi es como si, sin el sueño, el cerebro regresase a los modelos más primitivos de actividad, y se torna incapaz de poner en su contexto las experiencias emocionales y de producir respuestas controladas apropiadas”, explicó Matthew Walker, director del Laboratorio de Neuroimágenes y del Sueño de la Universidad de California y uno de los autores del estudio.
El fenómeno se debe, según se pudo comprobar, a que la amígdala -la región del cerebro que alerta al cuerpo para que este se proteja en situaciones de peligro- incrementa su actividad de manera excesiva como respuesta a la carencia de sueño. Por consiguiente, se entorpece la labor de la corteza prefrontal, que controla el razonamiento lógico. Así, se impide la descarga de sustancias químicas tranquilizantes, necesarias para calmar el reflejo de lucha. Por ejemplo, en condiciones normales, si la amígdala reacciona fuertemente a una película violenta, la corteza prefrontal le permite al cerebro tener claro que la escena es sólo una ficción y que debe calmarse. Pero en el cerebro privado de sueño, la corteza prefrontal pierde influencia, mientras que la gana el locus coeruleus. Esta es la parte más antigua del cerebro, que se ocupa de liberar noradrenalina y le permite al sujeto protegerse de las inminentes amenazas para sobrevivir. La consecuencia es una situación de falsa alarma que produce riesgos para la salud mental. Walker notó que los centros emocionales del cerebro estaban cerca de un 60% más reactivos en condiciones de falta de sueño que en personas que habían tenido una noche de sueño normal.
“Este es el primer conjunto de experimentos que demuestran que aun los cerebros de las personas sanas imitan ciertos patrones psiquiátricos patológicos cuando están privados de sueño”, dijo Walker. Los resultados del estudio han sentado las bases para investigaciones futuras sobre la relación entre el sueño y las enfermedades psiquiátricas. La evidencia clínica ha demostrado que en casi todos los trastornos psiquiátricos está presente alguna forma de alteración del sueño.
Las hormonas sexuales son aquellas hormonas que dentro del sistema endocrino del ser humano, se consideran más directamente implicadas en la sexualidad humana , particularmente en los procesos de copulación y reproducción .
Las hormonas sexuales son sustancias químicas segregadas por las glándulas endocrinas sexuales (los testículos y los ovarios ) y liberadas posteriormente al torrente sanguíneo, para ser trasportadas a los órganos sobre los cuales ejercen su acción (aumentando o disminuyendo su actividad).
Producción y liberación
La producción de hormonas sexuales por las gónadas masculinas o femeninas (los testículos y los ovarios ), está regulada por dos órganos que se localizan en el cerebro y cumplen una función reguladora del nivel de homonas (testosterona, estrógenos y progesterona):
El Hipotálamo
La Hipófisis
Estos órganos, actúan como un termostato, detectan los niveles hormonales y estimulan o frenan la liberación de hormonas sexuales. Para ello el hipotálamo produce una sustancia, la hormona liberadora de la gonadotropina (HLG), que regula la secreción de otras dos hormonas esta vez liberadas por la hipófisis , la hormona luteinizante o luteoestimulante (LH), y la foliculoestimulante (FLH).
Tipos
Podemos decir pues, que las hormonas sexuales son:
la testosterona
la progesterona
los estrógenos .
Niveles de secreción
Estos tres tipos de hormonas están presentes tanto en las mujeres como en los hombres, auque en diferentes cantidades y proporciones, de modo que los hombres poseen principalmente testosterona (por eso se conoce como hormona masculina) y una pequeña cantidad de estrógenos y progesterona , al contrario las mujeres segregan en su mayoría estrógenos y progesterona (por eso se conocen como hormonas femeninas) y sólo una pequeña cantidad de testosterona.
Como dato anecdótico podemos señalar que el hombre tiene una secreción de testosterona unas 12-16 veces mayor que la mujer.
Los niveles de hormonas sexuales, también varían de una persona a otra y dependiendo de los momentos de la vida.
PLASTICIDAD CEREBRAL Y APRENDIZAJE
Por: Enrique Canchola Martínez*
El sistema nervioso experimenta cambios estructurales y funcionales, los cuales se manifiestan en el número de contactos sinápticos que forman circuitos nuevos como resultado de la experiencia o como resultado de la reparación de algún daño, a través de factores tróficos u hormonales. A este proceso que es una de las propiedades fundamentales del sistema nervioso se le conoce como plasticidad neuronal.
Las conexiones nerviosas.
Las conexiones interneuronales o sinápticas, en el cerebro humano se han calculado en aproximadamente cien trillones. Estas conexiones están agrupadas en serie y en paralelo, en ellas se establecen las bases físicas de la velocidad y sutileza de operación del cerebro y hacen posible las diferentes funciones del sistema nervioso, entre ellas la capacidad de agregar información a los programas mentales a lo cual denominamos aprendizaje.
La plasticidad no depende sólo de los genes.
Desde hace algunos años se conoce que la plasticidad neuronal no depende estrictamente hablando de la información hereditaria, los genes no determinan el número de conexiones sinápticas, ni la cantidad de receptores para hormonas o neurotransmisores ni el sitio de expresión de los ligandos celulares para estas sustancias, esto hace posible que no existan dos cerebros iguales, aun en gemelos idénticos.
Factor de crecimiento neuronal.
Uno de los factores tróficos, que hacen posible la estructuración de las uniones interneuronales y el que determina si es en serie o paralelo el circuito, la longitud de las fibras que forman el circuito y si son aisladas (mielinizadas) o no mielinizadas es el factor de crecimiento neural que fue identificado por Rita Levi-Montalcini y Víktor Hamburger. Recientemente se han aislado y caracterizado otros muchos factores tróficos neuronales que participan en los procesos de plasticidad-aprendizaje que son liberados como respuesta a influencias ambientales y mentales. De acuerdo a estos hallazgos es posible que uno mismo sea capaz de determinar su propia plasticidad neural y que cada quien decida cuanto aprende.
Efecto de la estimulación sensorial
Otro de los factores que participa en los cambios estructurales del cerebro es la función sináptica que es resultado de los eventos químicos y eléctricos que generan los potenciales de acción, estos potenciales de acción pueden aumentarse o disminuirse dependiendo de la frecuencia y de la magnitud de los estímulos a los que el individuo se exponga, es decir, la experiencia y la actividad mental son muy importantes en los procesos de plasticidad neuronal. Estos procesos son de gran interés en las neurociencias, ya que representan los mecanismos mediante los cuales se llevan a cabo el aprendizaje y la memoria. Uno de los cambios más significativos que establece la repetición de eventos y la actividad cognitiva es la generación de potenciales eléctricos en la membrana postsináptica, como resultado del aumento en la duración de la respuesta de la neurona presináptica a estímulos sensoriales. La estimulación sensorial repetida logra que los transmisores nerviosos se liberen en forma considerable, como respuesta a cambios en las concentraciones de iones que se encuentran dentro y fuera de la célula, entre los iones de mayor importancia para inducir esta liberación, se encuentran el calcio, potasio, sodio y cloro entre otros. Sin embargo, a pesar de que la repetición es fundamental para el aprendizaje, este debe de ser siempre novedoso y producir una excitación rápida, ya que cuando un estímulo se repite constantemente, genera excitaciones lentas y la respuesta neuronal desaparece en forma gradual, produciéndose lo que se conoce como habituación.
Iones y habituación .
El fenómeno de habituación, se relaciona con una disminución en la liberación de los neurotransmisores en las neuronas presinápticas debido a una menor concentración y permeabilidad de iones, particularmente del calcio. Las concentraciones celulares de calcio normalmente disminuyen por un bloqueo de los canales que regulan su entrada a la célula. La inactivación de los canales de calcio pueden ser a corto plazo o prolongarse si el mismo estímulo se repite, traduciéndose en la generación de un reforzamiento negativo.
Sensibilización
Este proceso fisiológico de la célula o de un individuo, es el resultado de la ocurrencia prolongada de respuestas aumentadas en la neurona postsináptica después de un estímulo. Los estímulos dolorosos son particularmente efectivos para este fin, la sensibilización puede ocurrir como respuesta transitoria a una estimulación o puede reforzarse mediante la utilización de un estímulo nocivo o doloroso. Este tipo de estímulos inducen descargas muy importantes de neuronas que liberan serotonina y que finalizan en neuronas presinápticas que inducen memoria de corto y largo plazo, dependiendo de la magnitud y frecuencia del estímulo. Los estímulos de baja frecuencia y magnitud, inducen cambios iónicos y la activación de sistemas de segundos mensajeros como el AMPcíclico y son capaces de generar aprendizajes y memorias a corto plazo, en cambio, estímulos de más frecuencia y magnitud inducen síntesis de proteínas, aumento y crecimiento de las neuronas pre y postsinápticas y longitud de sus fibras y circuitos. Estos eventos se pueden aumentar mediante la inducción de potenciales rápidos y persistentes, o mediante una estimulación breve y repetida con rapidez. Este tipo de potenciación dura varios días y es consecuencia del aumento del calcio y de la liberación de transmisores, aparentemente este fenómeno ocurre con mayor frecuencia en el hipocampo donde radican los procesos de memoria y aprendizaje.
Conclusiones
De acuerdo a lo anteriormente expuesto, el estímulo y sus características son fundamentales para que el cerebro realice funciones de plasticidad que le permitan aprender sin fin, pero es muy importante que el estímulo siempre sea novedoso, excitante, y placentero para que induzca acumulo de información para evitar el dolor y obtener placer. Por otra parte es también importante considerar que el proceso de plasticidad y aprendizaje se realiza en forma estructurada mediante estímulos de duración breve y repetidos con rapidez ya que este tipo de estímulos genera liberación de hormonas que interactúan con neurotransmisores en el cerebro, particularmente en el hipocampo donde se establece la memoria y el aprendizaje que son los moduladores de la plasticidad. Finalmente es importante recordar que la exposición constante a estímulos novedosos o la actividad física y mental durante la vida, son factores que previenen significativamente el endurecimiento del cerebro, que se traduce como la incapacidad para aprender y la pérdida progresiva de la información de los programas mentales. Es decir, si queremos evitar enfermedades cerebrales degenerativas, como el parkinson y el alzheimer es necesario conservar la plasticidad de nuestro cerebro, mediante la exposición a estímulos sensoriales novedosos y la actividad física y mental que induzcan aprendizajes.

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